EVOLUCIÓN DEL LOTE
La búsqueda de lote en El Retiro empezó en octubre de 2017, al principio no teníamos muy claro lo que queríamos, pero poco a poco, con las preguntas de los vendedores, las visitas a conocer lotes y nuestras conversaciones, fuimos definiendo lo que no estábamos imaginando más claramente.
Vimos muchos lotes, muy bonitos, que quedaban muy adentro o muy arriba, lo que nos dificultaba parte de lo que nos imaginábamos, poder entrar y salir en bicicleta y tener acceso fácilmente a transporte público o a caminar para ir a hacer las compras del día a día.
Un día Diego se dedicó a hacer una búsqueda en goggle maps y encontró una urbanización de la cual nadie nos había hablado y encontramos que había lotes disponibles. Fuimos a conocerlos, la ubicación nos gustó mucho y decidimos que allí queríamos vivir. No todos los lotes nos gustaron y los que si nos gustaron no estaban en venta o se salían de nuestro presupuesto.
Empezamos tratando de negociar un lote, pero no lo vendían solo sino con el lote del lado y luego de intentar varias opciones, no logramos cerrar el negocio, en ese momento quedamos un poco tristes, pero después entendimos que por ahí no iba la cosa.
Volvimos a mirar y a re-mirar un lote que al principio no nos gustó tanto y que adicionalmente parecía ser un algo grande y poco a poco fuimos enamorándonos más y más y así nuestra búsqueda terminó.
Así se veía el lote cuando nos lo entregaron en diciembre de 2017
Así se empezó a verse después de la primera guadañada
Empezaron las compras de los "juguetes", el primero fue la motosierra y se estrenó con unas tareas específicas y la explicación de Felipe Isaza. Adicionalmente se empezaron a hacer las primeras sillas de la sala.
Definimos la ubicación de la fogata, con la madera grande, Felipe le enseño a Diego a hacer bancas y quedamos con "sala" al rededor de la fogata.
Poco a poco hemos ido sembrando arboles que sirvan como alimento de fauna en la parte de abajo del lote.
Así va el barranco en diciembre 2019
Vimos muchos lotes, muy bonitos, que quedaban muy adentro o muy arriba, lo que nos dificultaba parte de lo que nos imaginábamos, poder entrar y salir en bicicleta y tener acceso fácilmente a transporte público o a caminar para ir a hacer las compras del día a día.
Un día Diego se dedicó a hacer una búsqueda en goggle maps y encontró una urbanización de la cual nadie nos había hablado y encontramos que había lotes disponibles. Fuimos a conocerlos, la ubicación nos gustó mucho y decidimos que allí queríamos vivir. No todos los lotes nos gustaron y los que si nos gustaron no estaban en venta o se salían de nuestro presupuesto.
Empezamos tratando de negociar un lote, pero no lo vendían solo sino con el lote del lado y luego de intentar varias opciones, no logramos cerrar el negocio, en ese momento quedamos un poco tristes, pero después entendimos que por ahí no iba la cosa.
Volvimos a mirar y a re-mirar un lote que al principio no nos gustó tanto y que adicionalmente parecía ser un algo grande y poco a poco fuimos enamorándonos más y más y así nuestra búsqueda terminó.
Así se veía el lote cuando nos lo entregaron en diciembre de 2017
Con la tierra que se tiró para el barranco, es necesario volver a darle algo de vida y que la tierra se nutra mejor para que pueda crecer todo lo que sembremos alli.